Aunque, seguramente la escalada no se inventara en Salève, tampoco está tan claro… ya que hace 15.000 años los primeros habitantes de la región, los Homo sapiens de los abrigos rocosos del Pas de l’Echelle, ya trepaban por estas montañas.
Sí sabemos con exactitud que la escalada como tal empezó en Salève en 1862 con varios pioneros locales que se propusieron abrir vías en las zonas de Collonges, Étrembières o Bossey. A principios del siglo XX, la creciente popularidad de esta actividad hizo que decenas de escaladores vinieran a las montañas de Salève. Un siglo más tarde, la topoguía publicada por Jean-Marie Boymond en 2023 recopilaba ¡casi 1200 vías de escalada en la zona!


Pese a su altitud moderada (1379 metros), el pico del Salève ocupa un lugar destacado en la historia del alpinismo, estando incluso detrás de la palabra “varappe”, incluida en el diccionario Larousse como un tipo de escalada en 1920, y que originalmente designa el barranco (o couloir para los entendidos) ubicado sobre Collonges. Esta palabra está además muy vinculada a las conquistas del Mont Blanc (1786) y el Everest (1953)… ¡casi nada!
La ascensión del Mont Blanc fue posible gracias a Horace Bénédicte de Saussure, un erudito ginebrino pionero del alpinismo. Fascinado por el “techo de Europa”, ofreció una recompensa al primero que lograra llegar a la cima. Tamaña hazaña será lograda el 8 de agosto de 1786 por el cazador de cristales Jacques Balmat, acompañado por el doctor de Chamonix Michel Paccard. El propio De Saussure subirá el Mont Blanc un año más tarde, acompañado por su ayudante de cámara y 18 guías. En lo que respecta al Everest, fue una expedición suiza, liderada por Raymond Lambert e integrada por alpinistas ginebrinos formados en Salève, la que descubrirá en 1952 la ruta correcta hacia la cima. Lambert y su sherpa Tensing Norgay quedarían a tan solo 200 m de ser los primeros hombres en alcanzar el “techo del mundo”. Un año más tarde, el 29 de mayo de 1953, el mismo Tensing alcanzaría la cima del Everest en compañía del neozelandés Edmund Hillary. Para terminar, recordaremos que fue en Salève donde, en 1897, se creó la primera sociedad de rescate en montaña del mundo.