En la colina, frente al lago, se contruyó en 1880 la capilla de Chermont, gracias a la devoción y a la generosidad de los feligreses. Hasta la actualidad no ha dejado de brillar, como un faro en la montaña, dando testimonio del fervor pasado.
El edificio, bendecido el 8 de agosto de 1880 por el obispo de Ginebra y renovado en 1978, es un bello ejemplo de arquitectura neogótica. La fachada está simbólicamente vinculada a la Santísima Virgen, a quien está dedicada la capilla. En la parte superior se encuentra la triquetra, un rosetón de tres esquinas que hace referencia a la Trinidad cristiana (Padre, Hijo y Espíritu Santo). Justo debajo hay una moldura con 4 estrellas de mar o Stella Maris. Este símbolo se asocia al papel de guía de la Virgen desde la época medieval.  En el centro de esta decoración hay dos corazones uno al lado del otro, el primero representa el Sagrado Corazón de Jesús y el segundo el Corazón Inmaculado de la Virgen María. Encima de la puerta, el tímpano reza "Yo soy la Inmaculada Concepción", la frase con la que la Santísima Virgen se presentó a Bernadette Soubirous durante una aparición en Lourdes el 25 de marzo de 1858. El elegante monograma formado por las dos letras A y M de "Ave María" completa la decoración de este tímpano.






