Entusiasta del whisky, Jean-Pierre pasa mucho tiempo detrás de su barra creando cócteles. Por la noche, el bar ofrece un ambiente acogedor que combina mixología, bistronomía y gastronomía.
En la cima del Monte Salève, a veinte minutos de la parada del teleférico, encontrará todo lo necesario para saciar su sed y su hambre. Bajo el sol o acurrucado en los sofás, disfrutará de un momento de intenso relajamiento. Y, sobre todo, no olvide mirar a su alrededor, disponemos de vistas de 360º a toda la región. ¡Mejor no perdérselo!
Se recomienda reservar.
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